Entrevista por Claudio Retali, Pablo Mazzuconni, Carlos Grabmuller y Humberto Luna
En algún momento de los 80s, en un reportaje hiciste una mirada atrás en las temáticas que habías abordado y comentabas que habías hecho música de protesta y música de propuesta. ¿El álbum de Miguel Cantilo y Grupo Sur se enmarca en alguna de estas vertientes?
Es independiente de ambas. es la respuesta al golpe que significó el descubrimiento del sur. No solo el paisaje, sino el trabajar la tierra o pasar el invierno en la montaña. Mis letras se complementan con la música de Kubero, quien compartió estas experiencias. También un par de viajes a Brasil se ven reflejados en las temáticas. Lo curioso es que en el disco tocan músicos de Bs As que todavía no habían accedido a esas experiencias, pero que toman nuestras vivencias y las expresan con sus instrumentos.
Los temas del disco cubren diferentes aspectos, algunos son descriptivos del ambiente, otros muy intimistas... pero hay uno que es diferente a los demás... La leyenda del retorno.
En 1971 me llamó Julio Bortnik, los cuadros de la Juventud Peronista, querían solicitarme que escribiera La marcha del retorno, un poco asociándolo a aquello de La marcha de la bronca. Yo les contesté que no tenía la raigambre peronista suficiente aceptar ese proyecto, pero en realidad el tema me gustó y me quedó dando vueltas en la cabeza...fue así que tiempo después escribo ese rock que fue La leyenda del retorno.
Con respecto a esto que comentás, vos siempre tuviste actitudes muy claras en tus letras, pero no se conoce tanto de tus inclinaciones partidarias.
En esa época había periodistas que me reclamaban definiciones en ese aspecto. Sin embargo el peronismo fue aglutinante y yo me sentí atraído. Posteriormente tuve inclinaciones hacia diferentes partidos, que expresaban lo que yo entendía más coherente en su momento. En general me simpatizaron siempre los partidos de izquierda... pero lo político tiene un plano secundario en mis apetencias.
Cantilo en El Sueño de Isildur junto a Felipe Surkan de Viajero Inmóvil, sello que editó el álbum en formato digital
Volviendo la temática del disco, decíamos que había un par de temas netamente intimistas.
Era la primera vez que formaba una familia, y puedo decir que esto me impactó tanto como lo había hecho el paisaje. En Musi, que trata de mi pareja de aquél momento, quién me dio mi primer hijo, pongo todo en un clima muy intimista a pesar de la guitarra eléctrica y la batería. Ya Damián, dedicado a mi hijo es una canción más acústica, que podría compararse con las de Pedro y Pablo, compuesta y tocada con una guitarra acústica Giannini comprada en Brasil.
El tema también lo compusiste en Brasil...
Claro... porque el niño incluso nació en Brasil.
Todo este tiempo y esta experiencias de las que estamos hablando están reflejadas también en un libro tuyo, Chau Loco.
Siempre me preguntaban en los reportajes cómo había sido esto de los hippies. Además de despejar las dudas sobre el tema, pensaba que al escribir el libro me preguntarían más sobre lo que hago ahora y menos sobre eso. me puse a escribir, no una novela ni un libro de cuentos, sino un anecdotario. No hay ficción en la obra sino solo una sustitución de identidades, porque hablo de drogas y situaciones en el límite de lo legal y lo ilegal, y parte de los protagonistas aún viven, no todos. Por respeto a ellos era necesario sustituir alguna identidad, cambiar algún oficio u origen, pero la mayor parte de los personajes están más cerca de la realidad. Algunos personajes están mezclados con otros, otros son dos en uno o tienen versatilidades exageradas, pero es en realidad la vida de un grupo de hippies en una época de persecución que se debe trasladar de la ciudad al campo.
¿Era solo la persecución los que los lleva a trasladarse?
No. Había un apertura hacia una idea integral. Vivíamos en la ciudad y comíamos productos naturales y la lógica era vivir la naturaleza, cosechar el alimento, faenar un animal. aprender en una realidad, en el campo propicio que es la naturaleza. Cada uno continuó con sus oficios, los artesanos, los músicos, los plásticos demás de las nuevas tareas que había que asumir.
Cuando el disco sale, vos ya no estabas aquí.
El disco se grabó en el 72. Yo me fui en el 75. Se edita en el 76 y me envían una copia a Colombia, dónde yo vivía. El retraso se debía a la falta de material que había en esa época para producir vinilos. Trova era un sello inclinado a lo cultural. Aquelarre, Piazzola, Les Luthiers y casi casi Luis Alberto Spinetta formaron parte de sus artistas. Era un proyecto dedicado a una música no tan comercial, con un perfil cultural, dirigido por Alfredo Radosinsky, una persona muy vinculada al jazz, amigo de Piazzola. El sello naufragó económicamente pero logró un catalogo muy rico.
¿Tenés opinión formada sobre el porqué fracasan estos proyectos en Argentina?
Una causal es CAPIF (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas), la cámara del disco donde se juntan los sellos poderosos y deciden que se va a vender y que se va a boicotear. Tienen particular interés en los catálogos extranjeros que aportan a su negocio y se oponen a todo proyecto independiente. Todo lo que no pase por su distribución va al fracaso artístico. La prueba contundente es Piazzola, de quien hasta hace poco era difícil conseguir discos cuando en el extranjero esta lleno.
¿Algún proyecto de reunión de Pedro y Pablo?
Somos muy buenos amigos y de tanto en tanto uno colabora en los proyectos del otro. Los discos están vigentes porque al primero lo tiene un sello multinacional y el segundo, menos difundido, también se reedita periódicamente. Pero no queremos utilizar el recurso de la nostalgia. Ya en un momento nos reunimos y eso cumplió su función.
¿Y no te vienen ganas de tocar temas como Padre Francisco?
¡Y lo hago! Actualmente lo estamos tocando con Kubero Díaz, que hace el solo de aquella época... o lo que se acuerda de él (risas). Ese es un tema que siempre me piden y toco, como as también Blues del Éxodo o Catalina Bahía.
Con poco tiempo de diferencia tenés en la calle un disco nuevo, Sudamérica Va, este disco viejo - nuevo, Cantilo y Grupo Sur. ¿Cómo son los sentimientos frente a cada obra?
Se siente un compromiso más fuerte hacia lo nuevo. Uno está más ocupado en lo que va a ser la presentación el 2 de julio en La Trastienda. Pero esta reedición renueva los intereses en los temas, que seguramente volveré a incorporar en el repertorio, más ahora que tenemos a Kubero Díaz, autor de varios temas, a mano.
¿Como continuó esta etapa de la que estamos hablando?
Con lo que se iba a llamar Pedro, Pablo y otros apóstoles, pero se terminó llamando Cantilo, Durietz y otros..., un disco en el que participan Jorge Durietz, Kubero Días y uruguayos como Daniel Russo y Carlos Carli. También fue editado tardíamente, en los 80s, por Piero... sé que pronto también se reeditará en CD.
¡Muchísimas Gracias Miguel!
Miguel Cantilo: "Miguel Cantilo y Grupo Sur" ,1975, Reed. 2004 Viajero Inmóvil Records
www.viajeroinmovil.com
www.miguelcantilo.com.ar
Miguel Cantilo se traslada al sur de la Argentina, para continuar la experiencia comunitaria iniciada en la casa de la calle Conesa de Buenos Aires. es interesante saber que las vivencias desarrolladas en este periodo están relatadas en el libro ¡Chau Loco! (ver sección publicaciones). Junto a uno de sus compañeros, Kubero Díaz (La Cofradía de la Flor Solar, La Pesada), escribe la mayor parte de los temas que conformarán el álbum. Sin embargo Kubero no será de la partida a la hora de grabarlo durante 1973. Lo reemplaza en la guitarra Willy Pedemonte (Piel del Pueblo) quien realiza un intenso y encantador trabajo. Junto a ellos participan Jorge Pinchevsky en violín, Alejandro Marassi en bajo y Diego Villanueva en batería. Si bien no faltan los temas de corte folk e intimista, en este caso inmersos en una atmósfera psicodélica, en contra de lo que podría pensarse, la atmósfera rural, parece haber electrificado los conceptos musicales de Cantilo, quien ha comentado que estaba muy atraído por el sonido de bandas como Led Zeppelín, y presenta temas como “Sur Alabanzas” o “La Leyenda del Retorno”. En este último hay una evidente y muy comentada alusión al regreso del líder justicialista Juan Domingo Perón. La voz de Miguel se encumbra a alturas desgarrantes, la guitarra de Pedemonte es deslumbrante y las apariciones de Pinchevsky son de las más interesantes de este periodo. La presente edición en CD a cargo de Viajero Inmóvil ha logrado mejorar el sonido original y conservado el maravilloso arte de portada. Sin duda una de las ediciones más importantes de las surgidas de argentina en lo que va del año.
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